La finalidad de la poesía es lograr la empatía entre el escritor y el lector

martes, 23 de septiembre de 2014

I.
    Siempre a la vuelta de la esquina, esperando sentado a que pase caminando la figura de mi angustia para poder irme de la mano con ella. Mirando hacia el fin del callejón, atrás de esa casita el sol se muere, y con él mi dolor, la noche me calma, la luna me acompaña entre tabaco y alcohol.

     Un fárol titila, no sabe si iluminar o si permanecer en penumbra, mientras camino con las manos en los bolsillos, soportando el frío de la noche. El viento me susurra al oído en un idioma que no comprendo, quizás me devela mi destino.

    Las calles nocturas no son para cualquiera, las almas marginadas suelen recorrerlas con euforia e ira, el peligro se asoma en cada esquina, te acompaña en cada paso. Tres disparos suenan de fondo, sigo mi camino, inmutable. Ya no quedan estrellas en el cielo, una densa bruma nos despoja de su belleza.

    La noche me calma, me duerme, me envuelve...

lunes, 8 de septiembre de 2014

Entró a la habitación, encendió las llamas,
la penumbra doblegada, los humos...
La cama está hecha para desarmarse,
el corazón para incendiarse,
la vida para amar...