Todo miedo proviene de una duda y toda duda proviene del miedo. La duda, hermana de la incertidumbre, el placentero tormento de la ignorancia del porvenir. El desconocimiento eterno del destino. Quizás sea porque el futuro se crea en cada instante, en cada movimiento que realizamos, en cada trozo de aire que exhalamos. ¿Lo único eterno es lo efímero? Cada gota que rebalsa el vaso, cada cambio, cada desborde, cada acierto y cada error crea un universo de situaciones, un sinfín de destinos ¿Cuál es el verdadero? ¿Ha de repetirse cada secuencia? ¿Ha de ser la vida un eterno retorno que convierte la existencia en un absurdo opresivo? Cada paso que damos hacia la muerte, sin deternos ni un segundo.Cada centímetro de nuestra existencia es una pregunta sin resolver. ¡Maldita paradoja eterna la del ser!
No hay comentarios:
Publicar un comentario