La finalidad de la poesía es lograr la empatía entre el escritor y el lector

lunes, 16 de julio de 2012

Vicente Huidobro

PARA LLORAR

Es para llorar que buscamos nuestros ojos
Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
En sus sobres nutridos de nuestros fantasmasEs para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
Y sobre nuestra memoria de carne
Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada
                                                                                    [junto a la novia
Escondemos nuestra voz de todas las noches
Porque acarreamos la desgracia
Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
Tenemos miedo
Nuestro cuerpo cruje en el silencio
Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
En el milagro del viento lleno de nuestras palabras
La muerte está atornillada a la vida
Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
El viento abre los ojos de los ciegos
Es para llorar para llorar
Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
Paloma de nube y de noche
De nube en nube y de noche en noche
Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido
Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
Es para poder llorar es para poder llorar
Porque las lagrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde
Es para llorar que la vida es tan corta
Es para llorar que la vida es tan larga
El alma salta de nuestro cuerpo
Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
La noche llega a paso de montaña
Sobre el piano donde el árbol brota
Con sus mercancías y sus signos amargos
Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
La ciudad cae en el saco de la noche
Desvestida de gloria y de prodigios
El mar abre y cierra su puerta
Es para llorar para llorar
Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino
Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
Y la cabellera ardiente de la dicha
Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana
Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
Y que no apagamos el fuego del cerebro
Es para llorar que la muerte es tan rápida
Es para llorar que la muerte es tan lenta

 Noche

Sobre la nieve se oye resbalar la noche.
La canción caía de los árboles,
Y tras la niebla daban voces.
De una mirada encendí mi cigarro.

Cada vez que abro los labios
Inundo de nubes el vacío.
                                                     En el puerto,
Los mástiles están llenos de nidos,

Y el viento
                             gime entre las alas de los pájaros.
                LAS OLAS MECEN AL NAVÍO MUERTO
Yo en la orilla silbando,
             Miro la estrella que humea entre mis dedos
  
La vida es sueño
Los ojos andan de día en día
Las princesas posan de rama en rama
Como la sangre de los enanos
Que cae igual que todas sobre las hojas
Cuando llega su hora de noche en noche
Las hojas muertas quieren hablar
Son gemelas de voz dolorida
Son la sangre de las princesas
Y los ojos de rama en rama
Que caen igual que los astros viejos
Con las alas rotas como corbatas
La sangre cae de rama en rama
De ojo en ojo y de voz en voz
La sangre cae como corbatas
No puede huir saltando como los enanos
Cuando las princesas pasan
Hacia sus astros doloridos
Como las alas de las hojas
Como los ojos de las olas
Como las hojas de los ojos
Como las olas de las alas
Las horas caen de minuto en minuto
Como la sangre
Que quiere hablar
  
Horas

El villorrio.
Un tren detenido sobre el llanto.
En cada charco
                                       duermen las estrellas sordas,
Y el agua tiembla.
cortinaje al viento
                           
                                                     La noche cuelga en la arboleda.
En el campanario florecido

Una gotera viva
                                         Desangra las estrellas.
         
De cuando en cuando
Las horas maduras
                                                      Caen sobre la vida.


Ilusiones perdidas

Hoja del árbol caída en infancia
hoja caída de rodillas
en el centro de su olvido
dulce juguete de esperanzas y relámpagos
sangrando la cabeza malherida
como las ilusiones ópticas
en su palacio de muerte inolvidable
constante barco de corazón doliente
entre naufragio y sombra apresurada.

Hoja del nudo caído en árbol caído en infancia
adónde te arrastran hoja de dulce corazón
y los excesos del fuego de las águilas visuales
hojas de las ramas calefaccionables
detenidas en el aire
prontas a podredumbre entre sus propios brazos
como las aguas embrujadas.

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