Corre desesperadamente por las calles vacías,
en una mortaja, con la cara violácea y los pies desnudos,
su mirada fija, vacía, en la nada,
caminos grises, viento gélido...
Más atrás, a lo lejos,
una tropa de muerte, con su rostro convulsionado lo persigue,
chillidos tenebrosos explotan en su garganta,
mirada de muerte, sol negro...
La locura que impregna el aire,
demencia que obstruye la respiración,
ahoga del espanto,
cínico terror...
Cuando el día oscurece, él salva su alma arrojándose a los abismos de la consciencia.
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