Muecas silenciosas del desvarío,
mis espectros se hacen trizas contra tu mirada,
que inefable enciende mi locura.
El abismo de mis angustias desesperanzadas,
retrocede ante el calor de las sonrisas,
el dolor fallece en tus manos.
Abnegación por tu dicha,
pasión por tu armonía,
imploro un lugar en tu alma, que me refugie del hastío de la soledad.
Nuevamente es otoño,
otro otoño que resplandece....
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