La finalidad de la poesía es lograr la empatía entre el escritor y el lector

viernes, 10 de noviembre de 2017

Ni de acá ni de allá

El asfalto iluminado se esfuma y el camino se pierde en ese mambo que tenés. Se pierde como tu vida, como el sentido de las cosas, como la existencia que no existe, como la realidad se deconstruye para tu subjetividad, para no volverse mierda, como el asfalto del conurbano que se hace tierra.

Esa luz opaca que ilumina el barrio, los guachos que pasan en moto y te miran mal, la birra que te comprás en el quiosco que queda a la vuelta de tu vida, de tu refugio, de tu sostén. Esto fundamenta tu vida cuando advertís que el pibe que nació y creció a quince cuadras al sur tuvo la oportunidad de leer a Proust a los trece mientras que el otro, que nació quince cuadras al oeste empuñaba un arma al mes de cumplir catorce. Esa realidad de vivir en los límites del margen, de no ser o de ser un boludo que creció en el cordón de la burguesía cayéndose en la calle de la villereada, codéandose en cualquier lado, ni de aquí ni de allá, puta clase desclasada, culpa de no sé qué clase, culpa mía, culpa de ser y de estar…

No hay comentarios:

Publicar un comentario