Encuentro en mi vida muchas otras vidas, como si lo que viví
hace años atrás no lo hubiera vivido yo. Me veo ajeno en los recuerdos, casi como
un extraño, no me reconozco, como si alguien me hubiera habitado y luego se
hubiera ido a vagar en otros cuerpos. Las múltiples personas en las cuales
me convertí, los miles de rostros con los cuales me disfracé, las innumerables
voces que interpreté son hoy nada más que pasado. Quizás hoy, aquellos doppelgänger
estén paseando por las calles de Sanary-Sur-Mer, disfrutando de un plácido
verano de arenas blancas y apacibles edificaciones del Mediterráneo mientras mi
fantasmagórica existencia confluye una y otra vez por la bipolar Buenos Aires,
eludiendo las esquirlas de la desigualdad. Tal vez hoy, necesite un respiro, un
mar, una montaña, una ciudad foránea, una lengua extranjera, unos semblantes
diferentes, una tregua a tanta transformación.
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