Cuando la noche nos envuelve,
las penumbras nos encierran,
a tientas observo tu figura,
musa nocturna,
tu sexo y mi sexo,
tus ojos encendidos me miran, me incendian.
El fuego de nuestras almas se hace uno,
y siento desfallecer, te guardo entre mis brazos,
nace nuestro mundo, nuestro universo de la más gloriosa perfección.
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