Sí, así es, vivo en el tercer mundo, en los suburbios de la Nación Latinoamericana, entre rostros ajados por la tristeza que buscan en cualquier vicio la felicidad perdida. Estamos escondidos
para el mundo, nadie nos conoce, o quizás no somos nadie, o quizás somos todo y no nos damos
cuenta de lo que valemos. Un paseo nocturno por el barrio puede significar tu vida, o tus pertenencias, o unos golpes en la cabeza, o ahogarte en la desdicha por ver a los pibes buscando entre la basura. Sí, tenemos nuestras cosas, nuestra cerveza bien fría en la vereda cuando llegamos de laburar, nuestros mates con la vieja, nuestras sonrisas que persisten a cualquier crisis, tenemos calor, no somos fríos. La realidad es que no sabemos nada del Norte y sus lujos, sus edificios del Siglo XXI, sus afables paseos nocturnos entre edificios Victorianos, ni de la realeza, no nos importa, nos importa sobrevivir, nos importa que termine su explotación, nos importa nuestra rebelión. Vivimos día a día la corrupción, la desidia, y seguimos vivos, y lo más importante es que seguimos acá, no abandonamos nuestra tierra, no nos acobardan las crisis económicas ni los tiros en la madrugada, queremos levantarnos y estamos orgullosos de nuestras raíces. No nos pasan en las películas de Hollywood, nos estigmatizan, somos un estereotipo latino, mestizo y pobre ¿Qué pueden saber si nunca se embarraron en nuestros arrabales, si nunca sintieron la pasión que surge de tratar de sobrevivir en la miseria? Somos nosotros, somos hermanos, somos una Nación distribuída en distintos países, queremos levantarnos, queremos luchar. Vivimos una historia de saqueos, torturas y desaparecidos, sufrimos pero más de una vez vencimos al opresor. Somos cumbia, candombe, tango, salsa, murga y demás. No te asustes ni te compadezcas si ves desdicha en nuestra mirada, marcas en
nuestra piel quemada por el sol, somos fuertes y amamos lo que somos. Estamos entre la altura de las montañas, el calor sofocante del litoral y la selva, desiertos de viento, la arena del mar, la interminable llanura húmeda y fértil, los hielos del sur. Tenemos todo y no tenemos nada, tenemos riqueza, tenemos pobreza, tenemos hambre pero nos apetece la Gloria.
para el mundo, nadie nos conoce, o quizás no somos nadie, o quizás somos todo y no nos damos
cuenta de lo que valemos. Un paseo nocturno por el barrio puede significar tu vida, o tus pertenencias, o unos golpes en la cabeza, o ahogarte en la desdicha por ver a los pibes buscando entre la basura. Sí, tenemos nuestras cosas, nuestra cerveza bien fría en la vereda cuando llegamos de laburar, nuestros mates con la vieja, nuestras sonrisas que persisten a cualquier crisis, tenemos calor, no somos fríos. La realidad es que no sabemos nada del Norte y sus lujos, sus edificios del Siglo XXI, sus afables paseos nocturnos entre edificios Victorianos, ni de la realeza, no nos importa, nos importa sobrevivir, nos importa que termine su explotación, nos importa nuestra rebelión. Vivimos día a día la corrupción, la desidia, y seguimos vivos, y lo más importante es que seguimos acá, no abandonamos nuestra tierra, no nos acobardan las crisis económicas ni los tiros en la madrugada, queremos levantarnos y estamos orgullosos de nuestras raíces. No nos pasan en las películas de Hollywood, nos estigmatizan, somos un estereotipo latino, mestizo y pobre ¿Qué pueden saber si nunca se embarraron en nuestros arrabales, si nunca sintieron la pasión que surge de tratar de sobrevivir en la miseria? Somos nosotros, somos hermanos, somos una Nación distribuída en distintos países, queremos levantarnos, queremos luchar. Vivimos una historia de saqueos, torturas y desaparecidos, sufrimos pero más de una vez vencimos al opresor. Somos cumbia, candombe, tango, salsa, murga y demás. No te asustes ni te compadezcas si ves desdicha en nuestra mirada, marcas en
nuestra piel quemada por el sol, somos fuertes y amamos lo que somos. Estamos entre la altura de las montañas, el calor sofocante del litoral y la selva, desiertos de viento, la arena del mar, la interminable llanura húmeda y fértil, los hielos del sur. Tenemos todo y no tenemos nada, tenemos riqueza, tenemos pobreza, tenemos hambre pero nos apetece la Gloria.
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