La finalidad de la poesía es lograr la empatía entre el escritor y el lector

martes, 13 de noviembre de 2018



I.
Hoy contesto y me elevo,
A sórdidas y ciegas morales de traje gris
Hoy me interpelo, me sublevo,
Desde pasillos con poca luz, paredes roídas y cuerpos desnudos,
Hoy a la normalidad me rebelo,
No le temo a las caretas con mohín,
Hoy contesto y me elevo.
II.
Me saco la camisa, la corbata, los pantalones, me acuesto desnudo;
A las manos de otros me entrego, vulnerable;
No ejerzo más el poder, esa máscara repulsiva;
No soy nadie, sólo un cuerpo;
Soy débil frente al placer de unas manos venerables;
¡Apoderate de mí, Lilith, no soy más que una rueda de este engranaje!
III.
¡Ah, luz de nuevo!
Ahora el sosiego, la calle tumultuosa, las gentes, sus caras de prisa;
¡Ay, de mí! Débil alma que camina sin pesadumbre, contempla, observa;
¡Mueran los monstruos de la razón y entréguense al placer!

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