La finalidad de la poesía es lograr la empatía entre el escritor y el lector

domingo, 1 de septiembre de 2024

 

 El auto es como una cápsula, encierra a mi cuerpo y a mi mundo. Suena rock nacional mientras conduzco en paralelo al enorme muro del cementerio. En esas paredes uno puede encontrarse de todo: gallinas muertas, velas rojas y negras, restos de comida, restos de cable quemado, basura; una mezcla de rituales paganos y marginalidad. El día está gris, hace dos o tres días que llueve y no para ¿Será El Diluvio de Gilgamesh? Ojalá, ya era hora de que se vaya todo a la mierda. 

Por Dardo Rocha dobla en dirección hacia el cementerio una caravana de autos con las balizas encendidas, mi marcha se hace lenta, casi como si estuviera yendo a pie. Es una caravana funeraria. En esos vehículos también se encierran mundos, congoja, llanto, dolor. En algunos, el tiempo se encuentra detenido, en otros pasa lento, en otros el tiempo ya está extinto. El mundo a través de la ventanilla, como si fuera una película. 

Doblamos todos por Rodríguez, no hay otra alternativa, Hornos, ya devenida en Uriarte, se vuelve contramano. En la parrilla de la esquina de Ameghino están los borrachos de siempre, miran hacia la avenida, observan la caravana con un vaso de vino blanco en la mesa. Tienen los ojos vidriosos, una mirada triste y perdida. La cumbia suena fuerte en la parrilla, la mesera limpia los restos de carne en una mesa, carne muerta que pronto se pudrirá. 

El cementerio se abre enorme sobre Rodríguez, guarda huesos, carne, tierra, mármoles y polvo. Carne que sirve de alimento de las larvas y las bacterias, al fin y al cabo todos somos alimento. Quizás es por eso que me estremece el sonido de las moscas cuando pasan cerca ¿Las habré sentido en otra vida cuando mi cuerpo se pudría en un campo de batalla en las cercanías del Monasterio de San Tadeo?

Me deshago de todo pensamiento, doblo por Ameghino y permanezco taciturno, reflexivo, mientras pasa otro domingo en el barrio. No existe otra forma de habitar el barrio del cementerio.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario