Despierto repentinamente,
Camino a tientas por la oscuridad del pasillo,
No pienso, no existo.
Sólo me cubre la gracia inefable de la noche.
No distingo realidad de irrealidad...
Sostengo un escrito en la mano,
No distingo lo que leo,
Lo guardo,
No sé si estaba soñando o si estaba despierto.
No distingo realidad de irrealidad...
Un atisbo de luz, un vislumbre,
Las pupilas se contraen,
Imágenes en la tiniebla,
Lóbregas figuras.
No distingo realidad de irrealidad...
¡Qué delgada la línea! ¡Qué difuso límite separa el sueño de la realidad!
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