Yo muero y veo negro, no hay luz. Yo muero y no veo, no me
ven. Mis ojos, los ojos perdidos de un cadáver, mi piel marmórea, mi cabello
fino que cae sobre la mortaja. Dejo la existencia corpórea pero sin embargo acá
estoy, en estas letras, en este texto, mi voz resuena en tu cabeza, aquí y
ahora. Así estaré siempre, como una voz lejana en tu inconsciente, un murmullo
lúgubre que surge de tus adentros. Aunque te tapes los oídos estaré incólume, aunque cierres los ojos persistiré,aunque te
escondas bajo las sábanas o metas la cabeza entre la almohada y el colchón,
ahí, al lado tuyo, suspirando estará mi presencia. Estoy vivo en estas líneas,
aquí y ahora, hoy soy Eterno.
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